Las plantas siempre han sido las grandes aliadas de la decoración, ya que cuando tenemos un rincón en el que no sabemos qué poner exactamente, recurrimos a ellas, dando como resultado un espacio de lo más estiloso. Lo cierto es que no todo el mundo tiene buena mano con las plantas, pero también es verdad que existen variedades aptas para los menos expertos. Los tulipanes son el mejor ejemplo y además, la primavera es su temporada.

Lo mejor de los tulipanes es su fácil mantenimiento, ya que basta con asegurarse de que el suelo no se seque demasiado para que la planta esté en perfectas condiciones, complicándose tan sólo un poco a final de la temporada, cuando empiezan a caerse los primeros pétalos y las hojas comienzan a marchitarse. La planta puede alcanzar hasta los setenta centímetros, aunque los meses previos a la primavera, sus flores, hojas se alojan comprimidas en el interior del bulbo.

De origen turco y carácter bulboso, el tulipán posee una de las flores más bellas y coloridas en primavera, estación en la que comienza a ser apreciada por su alegría y el colorido que aporta allá donde esté. Por esta razón, representa una de las mejores opciones a la hora de ornamentar jardines, por ejemplo, a los pies de los árboles o en jardineras, aportándoles gran belleza.

Aunque muchos no lo crean, también son una gran alternativa en el interior del  hogar, ya que existe un sinfín de variedadesi. Sus hojas también cumplen su función ornamental gracias a su forma lanceolada. Existen varias opciones a la hora de integrarlas en las distintas estancias de la casa, por ejemplo, creando un centro de flores para colgarlo sobre la puerta, o en un jarrón de cristal puesto sobre algún mueble. Además no sólo son aptas para el salón de la casa, sino que pueden colocarse en otras estancias en las que normalmente no ponemos flores, como en el baño o la cocina.